No respondí.
Solo resoplé, resonó un montón de aire saliendo de mi nariz y apareció mi diente roto tras una sonrisa de esperanza.
Y no dije nada, porque cuando llevas años aceptando que tu vida es lo que te pasa y no lo que originas... Pues, lamentablemente, te acabas acostumbrando.
Seguidamente ella añadió: "¿Conoces una vieja canción que dice 'Si tu me dices ven lo dejo todo'?"
Volví a afirmar en silencio; no me salían las palabras, la emoción me tenía atrapado. Mi garganta era incapaz de crear sonido alguno.
Ella continuó: "Pues siempre he creído que a esa canción le falta algo... Debería ser: 'Si tú me dices ven lo dejo todo... Pero dime ven'. "
Finalmente me miró y me soltó las tres preguntas que llevaba años deseoso de que alguien me hiciera: "¿Quieres o no quieres controlar tu vida? ¿Quieres o no quieres ser el dueño de todos tus momentos? ¿Quieres?".
Y dije que sí, el sí más alto y más potente que ha salido de mis años de vida.
Albert Espinosa, Si tú me dices ven lo dejo todo...pero dime ven.