jueves, 10 de septiembre de 2015

Puzles









Siempre que viajo siento que todos los fragmentos mi mente se compactan y sólo quiero volar. 

Volver a mis raíces estas semanas me ha hecho recordar lo efímero que es el tiempo. Aún recuerdo las macetas llenas de bonitas flores de mi abuela adornando la azotea, hoy vacías y apiladas como si carecieran de valor. Recuerdo el olor de su pollo en salsa, su risa y sus mimos. Las peores enfermedades son las que roban los recuerdos.

El sabor de los tomates del tío y tantas otras cosas que siempre llevaré conmigo.

Hoy miro a mi alrededor y siento que soy un pedazo de allá a donde voy y de las personas que, con su presencia (o su recuerdo), me alimentan por completo. Gracias por tanto.